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 Los paleontólogos de Fundación Dinópolis han reconstruido el cráneo del mayor dinosaurio de Europa, que habitó en Teruel hace 145 millones de años.

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Eureka
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Los paleontólogos de Fundación Dinópolis han reconstruido el cráneo del mayor dinosaurio de Europa, que habitó en Teruel hace 145 millones de años. Empty
MensajeTema: Los paleontólogos de Fundación Dinópolis han reconstruido el cráneo del mayor dinosaurio de Europa, que habitó en Teruel hace 145 millones de años.   Los paleontólogos de Fundación Dinópolis han reconstruido el cráneo del mayor dinosaurio de Europa, que habitó en Teruel hace 145 millones de años. EmptyVie Mayo 18, 2012 9:18 am

Fuente: periódico "El Correo", publicado el día 18 de mayo del 2012.

Espero que lo disfruteis,

Eureka


La cabeza del gigante


Los paleontólogos de Fundación
Dinópolis han reconstruido el cráneo del mayor dinosaurio de Europa, que
habitó en Teruel hace 145 millones de años





Los paleontólogos de Fundación Dinópolis han reconstruido el cráneo del mayor dinosaurio de Europa, que habitó en Teruel hace 145 millones de años. Turiasaurus-310xXx80

Recreación de 'Turiasaurus riodevensis', y la reproducción del cráneo. / CARMELO LÓPEZ. FUNDACIÓN DINÓPOLIS



Hubo un tiempo en que lo que hoy es tierra
árida y marrón en la provincia de Teruel era una extensa llanura verde, repleta
de vida. Estaba sometida a la influencia de las mareas y surcada por caudalosos
ríos que desembocaban en el mar de Tethys, el germen de nuestro Mediterráneo.
Fue hace 145 millones de años, cuando el Jurásico llegaba a su fin y el
supercontinente Pangea empezaba a dividirse en dos: Laurasia al Norte
(Norteamérica, Europa y Asia) y Gondwana al Sur (Sudamérica, África, India,
Australia y Antártida).



Los dinosaurios poblaban la Tierra. Grandes y
pequeños, carnívoros y herbívoros. En una suerte de vergel, formado alrededor
del delta de uno de los ríos que transcurrían por lo que ahora es la población
turolense de Riodeva, habitaba una especie gigante, un saurópodo -herbívoro,
ovíparo, cuadrúpedo, de largo cuello, enorme cola y cerebro pequeño- de más de 30 metros de largo y 40
toneladas de peso. Es probable que viviera en pequeñas manadas, muy cerca de
las aguas que bañaban la zona. Se alimentaba de hojas de árboles, pero no de
hierba porque ésta todavía no había aparecido en la superficie terrestre. No
estaba solo: junto a él habitaban otros saurópodos más pequeños, varias
especies carnívoras y otros animales como tortugas y cocodrilos.



El gigante desapareció. Aún no se sabe cómo,
antes del impacto del asteroide que hace 65 millones de años acabó con la vida
tal y como era en aquel momento, se desvaneció, y su huella quedó sepultada
entre capas de sedimentos de origen marino. Permaneció oculto durante millones
de años hasta 2006, cuando paleontólogos españoles publicaron en la revista
'Science' un artículo que le devolvía a la vida y le bautizaba como
'Turiasaurus riodevensis', el lagarto de Turia de Riodeva. Los 70 huesos que en
mayo de 2003 el equipo de la Fundación Conjunto Paleontológico de
Teruel-Dinópolis encontró en el yacimiento de Barrihonda-El Húmero lo
convertían en «el dinosaurio gigante más grande de Europa y el más completo del
mundo», en palabras de Alberto Cobos, paleontólogo de Dinópolis y uno de los
firmantes del trabajo.



Una rareza


Hace unas semanas, el gigante europeo recuperó
su cabeza. El equipo de la fundación turolense presentó a principios de abril
la reconstrucción del cráneo, tras más de dos años de trabajo. Los
investigadores han podido concretar algunas características más de la especie.
«La morfología del cráneo indica que tenía un espacio muy pequeño para el
encéfalo y otro mucho mayor para los dientes, lo que quiere decir que comía
mucho y pensaba poco», resalta el director de la insitución, Luis Alcalá.



Fue durante la campaña de 2005 cuando se
localizaron una serie de huesos fragmentados alrededor de un conjunto de
dientes. Decenas de huesos diseminados en una masa de roca arenosa en una zona
que se excavó con «una minuciosidad impresionante», según Alcalá. Y eso que aún
no sabían de qué se trataba. «Corríamos el riesgo de que se tratara de unos
fragmentos sin demasiado valor». Los resultados han demostrado que la
minuciosidad mereció la pena.



Los fósiles se extrajeron en dos 'momias'
-carcasas de yeso que envuelven todos los fragmentos para facilitar su traslad-
y se llevaron al laboratorio de la fundación para separarlos del sedimento y
tratarlos con los métodos de conservación correspondientes. En total, 24 huesos
y 7 dientes, que se reprodujeron para no dañar las piezas originales y así
poder reconstruir el cráneo, una vez conocida la posición anatómica de cada
pieza. Para ello, se realizaron dibujos, modelos informáticos tridimensionales
y, finalmente, se reprodujo mediante el modelado manual a su tamaño real. Un
proceso muy laborioso, recuerda Alcalá, pero imprescindible para proceder a su
estudio, con el paleontólogo Rafael Royo-Torres al frente. «Lo hizo en
colaboración con el mayor experto en saurópodos del mundo, Paul Upchurch, de la Universidad de
Londres». Fueron tres meses de intenso trabajo que les permitió confirmar que
eran fragmentos del cráneo de 'Turiasaurus riodevensis'.



Se trata de una pieza ligera, de 78 centímetros de
largo, 50 de alto y 45 de ancho, y con un gran arco nasal. Unas dimensiones muy
pequeñas en comparación con las del dinosaurio. «Era así para que no se le
tronchara su largo cuello», justifica Royo-Torres. Un hallazgo que Alcalá tilda
de «absolutamente excepcional», y no se trata de la exageración de uno de los
padres de la criatura. «Los huesos del cráneo son muy frágiles, como láminas de
apenas unos milímetros de espesor. Es muy fácil que se destruyan, por lo que
son muy difíciles de encontrar. Y son muy valiosos porque dan mucha información
sobre las características del dinosaurio». En el mundo, únicamente hay dos
cráneos más de un especimen gigante. «Solo se ha podido recuperar el de uno de
cada cinco saurópodos que se conocen», apunta Alcalá.



El yacimiento de Barrihonda-El Húmero ha
resultado ser un auténtico cofre del tesoro para los paleontólogos de
Dinópolis. «Algunos huesos han aparecido articulados, y otros restos, por
ejemplo de tortugas, completos. El cráneo acabó enterrado muy rápidamente, y
eso hizo que el caudal del río que por allí pasaba no lo acabara arrastrando»,
relata Royo-Torres. Los científicos dieron con él prácticamente por casualidad:
paseando por zonas con la formación y la edad adecuada para localizar,
camuflados entre las piedras, restos óseos. «Siempre digo que lo que para la
gente del lugar no son más que piedras para los paleontólogos se convierten en
huesos de dinosaurios», sentencia Cobos.



¿Otro 'Turiasurus'?


Los paleontólogos han extraído en el
yacimiento de Barrihonda-El Húmero el 55% del esqueleto de 'Turiasaurus
riodevensis' y, asegura Royo-Torres, todavía hay trabajo para años. Y, muy
cerca, se encuentra el yacimiento de San Lorenzo, donde están trabajando desde
2010, aunque desde 2004 se tiene constancia de la existencia de huesos.



El botín que han sacado ya es espectacular:
«Un fémur de 1,95 metros
de longitud, una tibia, huesos de las patas delanteras, centros vertebrales,
vértebras caudales de la cola, bastantes dientes...», enumera Cobos. «Sabemos
que pertenece a la familia de 'Turiasaurius', pero aún no hemos determinado la
especie». Para eso habrá que esperar. Los restos se están preparando en lel
laboratorio para su estudio, y ya tienen más fósiles para añadir a inventario.
En la campaña de este año, han localizado más vértebras de la cola y dientes.



No es el único plan futuro de la Fundación. Está
previsto que este verano inauguren 'Titania', un nuevo centro satélite
precisamente en el hogar de ' Turiasaurus', Riodeva, en el que se expondrán
reproducciones de dinosaurios de grandes dimensiones. Allí habrá una
reproducción del cráneo del gigante europeo, que certifica que en Teruel
todavía hay mucha historia que sacar a la luz.
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Los paleontólogos de Fundación Dinópolis han reconstruido el cráneo del mayor dinosaurio de Europa, que habitó en Teruel hace 145 millones de años.
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