Más de paleontología “in situ”.
Y de registros que, a priori y por sus características, no parecen “expoliables”.
Otro rincón de Guadalajara bastante desconocido.
Hasta el momento, creo que sólo hay dos enclaves con icnitas de Rayas (Batoideos) en España:
a) un campo de huellas cretácicas en Lérida, y
b) varias losas a lo largo de un barranco de Esplegares, en fondos marinos fósiles de calizas dolomíticas del jurásico inferior (Formación Cuevas Labradas).
Se me ocurrió escribir estas notas cuando me sorprendió en las Jornadas de octubre la recreación de estas huellas en el Museo de Molina; antes, o no estaban, o no las había visto. Me sorprendió, a su vez, que casi nadie las conocía sobre el terreno.
En algún sitio he leído que las llaman piscichnytas, me parecería más apropiado ictioichnytas, al menos para que tanto la raíz ictio (pez) como icnita (huella) sean del mismo origen (griego). Aunque el otro término queda más gracioso porque parecen “piscinitas”, jeje.
Sobre las huellas de Lérida, que son impresionantes, hay un magnífico artículo de Martinell, J. el al. (2001). Con un riguroso análisis de los patrones de las huellas y su morfología, así como por analogía con huellas actuales en Mexico, desmontan las primeras hipótesis sobre su pertenencia a dinosaurios, asimilándolo a las huellas que produce el sistema de “soplado” de las rayas en la arena para su alimentación. Lo cierto es que los que sois buceadores sabéis que estos mecanismos y huellas siguen siendo los mismos en estos animales.