El país que habitaron los dinosaurios

Galicia no ha conservado rastros de los dinosaurios, pero la Universidad de Vigo aporta su grano de arena al estudio del ecosistema que habitaron estas enormes criaturas hace millones de años y del que todavía se conservan huellas en otras comunidades como Castilla y León o Aragón. El paleobotánico José Bienvenido Diez, junto al grupo que ha formado con expertos de Zaragoza y París, colabora con el museo de Salas de los Infantes, en Burgos, en la reconstrucción del escenario ecológico en el que vivían estos animales. Y cada verano, estudiantes de Biología le acompañan como voluntarios a los yacimientos.
“Hasta hace poco, los dinosaurios se estudiaban como elementos individualizados, pero ahora se trata de ponerlos en su contexto, en su marco ecológico, e interpretarlo. Ellos nos deslumbran, pero sin el sustrato vegetal el mundo animal no existiría”, reivindica.
Bienvenido, natural de Zaragoza, ha trabajado en varios yacimientos españoles como los de Teruel, en los que estudió restos de las angiospermas más antiguas de la Tierra, y también en el sur de Francia o Cerdeña. Desde hace varios años coopera con Fidel Torcida, responsable del Museo de los Dinosaurios y del Colectivo Arqueológico Paleontológico de Salas de los Infantes.
“Hay una gran tradición de restos fósiles de vegetales en la zona. En el pueblo cercano de Hacinas se han localizado troncos de gran tamaño y plantas primitivas parecidas a los helechos. El año pasado encontramos más restos en Salas y en julio volveré con algún alumno de Vigo para realizar excavaciones”, anuncia. “Nos encontramos en una fase productiva muy alta y estamos teniendo bastante éxito científico”, reconoce.
Desde Semana Santa, el Museo exhibe un árbol fósil de 125 millones de antigüedad, pero Bienvenido asegura que cuenta con otras “piezas preciosas” como las Bennetitales, unas plantas similares a las cícadas actuales y de las que existen pocos ejemplares en todo el mundo.
El descubrimiento de estos ejemplares ayudará también a completar los “espacios muertos” en los que hasta ahora se exhibían los dinosaurios.
Estas espectaculares criaturas vivieron en el Mesozoico, un periodo que se inició hace 250 millones de años y finalizó hace unos 65 millones tras el impacto del meteorito en Yucatán que provocó su extinción. Los restos de las plantas entre las que vivían y de las que se alimentaban se han conservado hasta nuestros días de diferentes formas.
Existen varios tipos de fosilización: carbonización, silidificaciones o impresiones en elementos naturales muy finos como limo o arcilla. “Nosotros estudiamos desde el tronco, pasando por la hoja hasta el polen o las esporas fósiles, que ya son objeto de la micropaleontología”, explica José Bienvenido.
“Tenemos un camino continuo por delante, las especulaciones son muchas y quizá nunca llegue a quedar totalmente claro el ecosistema en el que vivieron los dinosaurios”, añade.



Un campo poco conocido

El experto abrió este campo de estudio cuando llegó a Vigo hace diez años –el año pasado organizó una exposición sobre dinosaurios en la ciudad– y ya ha visto nacer alguna que otra vocación. “Este año hemos tenido por primera vez en el nuevo grado de Biología una asignatura de Evolución que incluye una parte de Paleontología”.
Aun así, existen pocos especialistas en Galicia debido, sobre todo, a la falta de restos que estudiar. “Un paleontólogo aquí es como un arqueólogo en la luna”, bromea.
Sin embargo, los habitantes de Castilla o Aragón están muy familiarizados con los hallazgos de dinosaurios y generan muchas expectativas para su explotación turística. Se podría establecer una comparación con el interés que genera en Galicia la aparición de un castro o un yacimiento romano.
En la comarca de cuencas mineras de Teruel se hallan unos registros de plantas que hasta ahora sólo habían aparecido en Potomac (EE UU) y las españolas “están en mayor cantidad y mejor estado de conservación”. Además, Logroño, Burgos y Soria persiguen ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la gran cantidad de huellas de dinosaurios o ignitas que se han encontrado.
José Bienvenido, que preside la Organización Francófona de Paleobotánicos, aplaude la iniciativa llevada a cabo en Salas de los Infantes, que partió de un grupo de aficionados y que han logrado situarla en un contexto científico.