La riqueza de la costa oriental en el plano Jurásico es incalculable y muestra de ello es que sigue dando nuevos frutos. Los paleontólogos Fernando García Joral y Antonio Goy, ambos de la Universidad Complutense de Madrid, han publicado en el último número de la revista francesa Geobios un artículo en el que se define una nueva especie de braquiópodo (un invertebrado marino con concha) a la que han bautizado 'Gibbirhynchia cantábrica'. El nombre elegido es en honor a la región Cantábrica donde este ejemplar, que data del Jurásico Inferior, es particularmente frecuente.
Los estudios realizados por el equipo de la Universidad Complutense de Madrid y publicados bajo el título 'Los Braquiópodos del Toarciense (Jurásico Inferior) en Asturias (Norte de España): Distribución estratigráfica, Eventos críticos y Paleobiogeografía' se realizaron precisamente con fósiles procedentes de la formación Rodiles, concretamente de las secciones estratigráficas de El Puntal, Rodiles y Santa Mera (en el concejo de Villaviciosa) y Lastres (Colunga). La Consejería de Cultura reconocía ayer que pese a que desconocía la existencia de estos fósiles, se interesará por ellos en próximas fechas.
En la publicación francesa se describen las asociaciones de braquiópodos reconocidas en los afloramientos de materiales toarcienses de la costa asturiana, entre Gijón y Ribadesella. Pero además, los científicos también citan en su trabajo otra serie de fósiles de la nueva especie en la cuenca Vasco-Cantábrica (San Andrés) y en la Cordillera Ibérica (Ariño, La Almunia y Castrovido). En total, se calcula que puedan haberse localizado unos 316 fósiles de esta nueva especie que se conservan en las colecciones del departamento de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid.
Los expertos aseguran que los braquiópodos desaparecieron de la región coincidiendo con un episodio sedimentario y no vuelven a reconocerse hasta el Toarciense Medio. Entre una época y otra aparecen varias especies con amplia distribución estratigráfica pero escasa representación.
La especie descubierta es diferente de la reconocida en otras cuencas españolas, y similar a la descrita en Portugal, en los Pirineos occidentales o en el suroeste de Francia. Esta afinidad se puede relacionar con características ambientales, como la existencia de un medio de plataforma externa relativamente profunda.
Fuente: www.elcomerciodigital.com