Jorge Castro reúne cuatro centenares de restos arqueológicos con más de 400 millones de años de antigüedad.DAVID LEYENDA / BAIONA Un autodidacta baionés de 51 años ha sido capaz de reunir una amplia colección de aproximadamente 400 fósiles de distintos enclaves de la península ibérica. Se trata de Jorge Castro, un marinero aficionado a la arqueología, que lleva más de 30 años recogiendo estas pequeñas piezas prehistóricas.
Con la simple ayuda de libros y manuales sobre arqueología, Jorge se ha pateado numerosas minas por España y Portugal con el objetivo de salvar algunas de las huellas que dejaron los seres que habitaban en estas tierras hace ya más de 400 millones de años. "Si yo no los hubiese recogido, estos fósiles habrían sido sepultados por la acción de las máquinas", señala este vecino de Baiona.
Piezas de cuatro periodos
La colección contiene piezas de cuatro periodos distintos. El más antiguo se corresponde con el devónico, una etapa en la que abundaba, según cuenta el coleccionista, la fauna y flora marinas. Así, en las minas de la Cordillera Cantábrica ha obtenido fósiles de corales, esponjas y algunos bivalvos en caliza.
El segundo periodo geológico del que Jorge ha conseguido reunir varias piezas es el carbonífero, datado entre los 360 millones de años y los poco más de 200 millones. "En las cuencas mineras asturleonesas he hallado mayoritariamente fósiles vegetales, como helechos o troncos de árboles", explica.
Haciendo un pequeño salto en la historia, la colección contiene restos arqueológicos del jurásico procedentes de Guadalajara, Asturias, Cantabria y Portugal. En este periodo, hace más de 150 millones de años, abundaban dos especies de moluscos cefalópodos: los ammonites y los belemmites.
Por último, los fósiles hallados en Castellón y Lleida, pertenecientes al cretácico, que terminó hace 65 millones de años. Las especies del periodo anterior, peces y, sobre todo, erizos de mar son los restos arqueológicos con mayor presencia en la colección de Jorge en esta última fase.
Una pequeña parte del material obtenido puede ser visitada estos días en la taberna Marrucho, en Baiona. "He decidido mostrar 20 piezas que tengo repetidas y que los interesados pueden comprar", comenta Jorge. Sin embargo, no es el dinero lo que le interesa, sino la divulgación. "Espero que alguna empresa o fundación quiera exponer mi colección para que la gente pueda conocer algo que de otra forma le sería imposible", asegura.
Fuente: www.farodevigo.es